jueves, octubre 05, 2006

El descanso imprescindible 2: entre Gualeguaychú y Fray Bentos

Uruguay me encanta. Desde que fui a Montevideo por primera vez, hace algunos años, siempre elegí Uruguay. También estuve en Colonia, por supuesto. Colonia me gustó, claro, pero sólo para pasar un día, no más. En cambio, en Montevideo, me quedaría varios días si pudiera.
Pensaba en esto mientras almorzaba en el "Dacal" de Gualeguaychú. Desde la ventana de mi mesa en el restaurante, veía el puente. El mozo me dijo que era el puente que comunicaba Gualeguaychú con Fray Bentos. Le pregunté las distancias y me dijo que eran treinta kilómetros. Uruguay, pensé, y me dieron ganas de ir. Y fui. Ni siquiera me acordaba que existía el problema de las papeleras. Estaban los carteles por todas partes, pero yo estaba "como en otro mundo" No sabía que el puente binacional se llama "Puente Libertador General San Martín". Suena a libertad. Sentí esa libertad cuando tuve que hacer los trámites en la aduana, en el paso fronterizo, me sentí más libre. De reojo miré el Free Shop. A la vuelta, pensé, a la vuelta me detengo a comprar algo o a mirar. Seguí. Vi los carteles en el camino que decían: "A Fray Bentos / A Mercedes". Al leer "Mercedes", ese pequeño pueblo que aún no conozco, muchos recuerdos vinieron a mi mente, muchas vivencias, muchas horas de conversación referidas a ese pueblo. No importa, cerré los ojos hasta llegar a Fray Bentos, a las calles del centro de la ciudad. Recorrí hoteles pero no tuve demasiado éxito: algunos eran muy caros para mi bolsillo y en otros me respondieron que sólo hospedaban a trabajadores del "proyecto Botnia". No sabía ni siquiera qué era. Ya se: no tengo perdón por semejante desinformación, pero la verdad es que no sabía de qué me hablaban. Terminé quedándome en el primer hotel que vi, al llegar, en el centro, justo frente a la plaza: El Plaza Hotel, en 18 de Julio y 25 de Mayo. Recordé la 18 de Julio en Montevideo pero olvidé. Salí a cenar y terminé en un bar cercano. Ni bien entré me hicieron apagar el cigarrillo que llevaba encendido:
- Está prohibido fumar. - sentenció el mozo, mirándome como si yo fuese marciana.
Me indigné. Salí del bar-pizzería y caminé un par de cuadras buscando algún otro café, bar, restaurante donde poder sentarme como Dios manda para cenar y fumar. Descubrí que no se podía fumar en ninguno así que regresé al primero y comí una hamburguesa. Me sentía enojada. Esto de que estuviese prohibido fumar en los lugares públicos no me gustó nada. Para salir de dudas y corroborar que fuera cierto, le pregunté a dos hombres que estaban sentados en la mesa detrás de la mía. Los dos hombres me confirmaron que era verdad, que en ningún lugar de Uruguay se podía fumar, que era la ley. Pensé que LA LEY era injusta y anhelé estar, en ese instante, en Buenos Aires para sentarme en cualquier bar, café, pizzería, restaurante a comer, beber y fumar libremente. ¡Ilusa de mí! que desconocía que, en pocos días más, la misma LEY llegaría a mi país, a mi ciudad... Ilusa de mí que desconocía que ya no podría volver a sentarme en un café a fumar tranquila como siempre. Pedí cerveza y esperaba encontrar una Pilsen, una Patricia, una Norteña. Nada de eso.
- Tengo Budwaisser - me dijo el mozo.
Acepté. Una Budwaisser y una hamburguesa y cené rápido y me fui directo al hotel.
Al llegar al hotel, descubrí que dentro del hotel funcionaba el Casino de Fray Bentos. Tampoco lo sabía. Dentro del hotel no se podía fumar, como era previsible a estas alturas. Sólo había un cenicero gigante - de esos cuadrados, altos y llenos de arena - en la entrada, justo delante de la puerta del hotel y delante de la puerta del Casino, a la izquierda. Había una mujer fumando al mismo tiempo que yo. Ella se sentía peor porque estaba dentro del Casino y tuvo que abandonar su lugar ahí para salir afuera a fumar. Conversamos sobre este tema, sobre la prohibición de fumar, sobre la discriminación o no, sobre la aceptación o no, en fin, la ley es la ley, aunque a los fumadores nos cueste aceptarla, en este caso. Menos mal que dentro de la habitación sí se podía fumar. Aproveché a fumar del cartón de Nevada uruguayos que había comprado en un quiosco.
Estaba agotada. Por el viaje, por la cantidad de trabajo que había desestabilizado mi tranquilidad, por los cigarrillos prohibidos, por tantas cosas más... A las 22 hs. me fui a dormir, o antes. La primera vez en años que me voy a la cama tan temprano. Me hacía mucha falta. Lo aproveché.
A la mañana siguiente, me desperté temprano y bajé a desayunar en la planta baja del hotel. Me tomé mi tiempo para desayunar sin apuros. Café, jugo de naranjas exprimido, mermelada, la sabrosa manteca Conaprole. Me levanté de la mesa para hacerme dos tostadas. Al acercarme a l a la tostadora, descubrí que no sabía cómo hacerla funcionar. Vi a un rubio bien rubio, parado a mi lado, que estaba eligiendo su mermelada.
- Disculpame, ¿me podrías decir cómo funciona este aparato?
- Sorry. I don't speak spanish. I'm sorry. - me respondió el joven con un movimiento de cabeza.
Así que comenzamos a hablar en inglés. Le volví a preguntar por la tostadora y me enseñó a usarla. El tampoco sabía pero hicimos un curso acelerado y las tostadas quedaron muy bien. Le pregunté de dónde era y qué hacía en Uruguay, si estaba de paseo. Me explicó que era finlandés y que había ido a Fray Bentos a trabajar en el "Botnia Proyect", eso me dijo. Pensé si el muchacho me estaría hablando de la última película de Julia Roberts y yo sin haberme enterado que la habían filmado. Recordé que había visto en la tele "El informe pelícano", pero intuí que este hombre me estaba hablando de otra cosa bien distinta. Le pregunté. Me dijo que era ingeniero y que era uno de los encargados de supervisar todo lo que sucedía con el proyecto, que tenía mucho trabajo con este asunto de las papeleras y que la firma Botnia era un grupo finlandés.
Regresé a mi mesa. No tenía ganas de hablar de trabajo y tampoco de escuchar hablar a otros de trabajo. Estaba allí para descansar, para relajarme. Desayuné en tranquilidad. El hombre me saludó cuando se levantó de su mesa, antes de subir la escalera.
Salí a la calle. Salí a pasear. Necesitaba tomar aire y caminar. Conocer la ciudad. Recorrerla.

Tomé el camino que me indicaron.



Bajé hasta la Rambla y llegué a un anfiteatro precioso. Me detuve a observarlo.





El disparador de mi cámara no tuvo descanso. Seguí caminando hasta dar, sin querer, con una casita preciosa de artesanías.



Allí sólo compré un cuadrito chico de madera con la siguiente leyenda y la foto de una paloma roja abajo:

"Los espejos se emplean para verse la cara.

El arte para verse el alma".



Di la vuelta, por la misma rambla, yendo en dirección al puerto. Pero, me detuve otra vez en el anfiteatro para observar de cerca el monumento a Fray Bentos.



Buscando un lugar lindo para almorzar llegué al puerto. Le pregunté a alguien en la calle y me recomendó El Club de Pescadores.



Allí, antes de entrar, pregunté si tenían cerveza Pilsen y chivitos uruguayos. El mozo, sumamente amable, me dijo que sí y me acompaño a una mesa en una excelente ubicación. ¡Aleluya! Por fin pude comer mi chivito uruguayo y beber un par de Pilsen. Por otra parte, la vista panorámica era una caricia para los ojos, un remanso para el alma. Sin dudarlo, almorcé allí mientras disfrutaba de lo que tenía frente a mí. Sentí que la naturaleza me correspondía.



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14 Comentarios:

Blogger Vade Retro dijo...

No tengo la suerte de conocer Uruguay, pero por lo poco que han dejado entrever quienes de una u otra forma se relacionan con ese país, me parece un destino interesante por demás.
Percibo que ese viaje, independiente de las fastidiosas restricciones en plan no smoking, te sirvió para desconectar de la rutina, del agobio. Fue como sentir por unos días que el tiempo no era un determinante y eso libera.
Me alegro por tí.
Un abrazo.

5 de octubre de 2006, 6:14 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Las restricciones del tabaco, aish, cuando leo estas cosas me alegro de haber dejado de fumar, aquí en España como sabes las cosas no estan muy bien para los fumadores, pero al menos hay bares de fumadores y zonas de fumadores, lo otro me parece un poco radical la verdad, por lo demás yo también me alegro de que hayas podido desconectar.
Un besito muy gordo.

5 de octubre de 2006, 9:30 a. m.  
Blogger Mamy a la obra dijo...

Te odio!!
no habia recordado lo lindo de aquellos lares, y eso que acabo de publicar un post referido al tema!!
Mercedes, Mercedes es preciosa, es un viaje en el tiempo, es un publito pequeño donde la siesta es religion.
Los chivitos!! te odio mas aun. Un chivito completo con guarnicion de papas fritas en el club del pueblo es lo mejor que te puede pasar!!
Felicitaciones, esas escapadas furtivas son cosas que no tienen comparacion. Me alegro que las hayas captado.

5 de octubre de 2006, 10:02 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Rose, me alegro que al fin nos haya contado, (de que haya ido ya se lo transmití en su momento).
Me detengo en las restricciones que nos invaden dsede los últimos días...
Ud. cree que este fin de semana los restos bares y afines tendrán la misma concurrencia de otrora...
Creame que en mi caso más de uno de los compromisos que liberaba en bares hoy quedaran en un "te venis a casa a tomar unos mates?!?..."
Nos, los argentinos, psicologos de bolsillo profesionales, que desarrollamos nuestra tarea a la perfección en bares y le resolvemos la vida a todos, pucho de por medio, que será de nosotros?!?
Al margen siento "panique" ante la posibilidad de que vecinos tomen la casa de boliche...viernes y sabados night...y ahi estaremos frente a problema mayor.
Y por último, ya no era bastante con la propia culpa del "quiero pero no puedo"...

5 de octubre de 2006, 2:04 p. m.  
Blogger Chiara Boston dijo...

Rosa: Uruguay es como la casa de la abuela: una casa que no es tuya pero te pertenece, te hace sentir cómoda, te identifica. Una casa que habla tu idioma más elemental...
Un argentino me dijo un día que el único país donde jamás podría sentirse extranjero es Uruguay.

Me alegro de que te hayas permitido unas inesperadad vacaciones en casa de la abuela.

Un beso y gracias por la tranquilidad del post.

Laura, fumadora empedernida reeducada en el primer mundo a fuerza de carteles de prohibición.

(soy fumadora, aunque no fume)

5 de octubre de 2006, 4:07 p. m.  
Blogger MARIA DEL NORTE dijo...

Rosa de cerca !! Bienvenida !!
Es increíble como tus palabras nos fotografían los lugares que visitas.
No sería mala idea que una editorial dedicada a libros de destino te encargara la misión de reflejarlos. Me encantó !
.-.-.-.-.-.-.-.-
En esta oportunidad, voy a disentir con mi querida Rosa en algo que me parece genial, y es la ley antitabaco.
Es la primera vez que, justamente en lugares publicos, se privilegia a la salud de todos (la tuya tambien, creelo) y el derecho de los no fumadores al aire puro. Cuantas décadas nos vimos obligados a soportar el flagelo asfixiante del humo envenenado ...
Es una cuestion básica y fundamental de respeto al no fumador, a al persona sana.
Tambien es un asunto sumamente controvertido, por supuesto. Donde muchas veces privan los intereses económicos en detrimento de la salud.-
Un tema para debatir, pero tal vez este no sea el lugar indicado.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Muero por los chivitos !! Si alguna vez visitás Cachi, en los valles calchaquies, te los recomiendo. Imperdibles.

5 de octubre de 2006, 11:18 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Vade Sí que es hermoso Uruguay. Es un país muy pequeñito pero vale la pena conocerlo. Yo reicién lo conocí en el 2003, la primera vez que fui a Montevideo, la capital del país y me encantó. Una vez que lo conoces, te dan ganas de regresar. También me gusta su gente. Nosotros aquí estamos muy cerca. Son unas dos horas de barco y el viaje también es muy bonito. Me gusta su cerveza y sus famosos chivitos uruguayos ;)
Por lo demás, claro que me sirvió para desconectar por completo. En Fray Bentos no había estado nunca. Es un lugar muy chico pero vale la pena, es muy tranquiloooo. Besos!

7 de octubre de 2006, 1:12 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Serdemar Que hayas dejado de fumar es todo un logro. Yo todavía no he podido pero tampoco me he puesto muy firme en intentarlo. Sí, conozco muy bien España y se que hace años que está la restricción. De todos modos, siempre hay un sitio para fumadores. No como aquí :((
Un abrazo fuerte.

7 de octubre de 2006, 1:15 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Querida Zalet Me hiciste reir mucho con "te odio, te odio". Jajajajaja!!
Te agradezco mucho tus palabras sobre Mercedes. Es un pueblito que tengo pendiente conocer. Aunque no lo conozco, hubo algunas historias en mi vida referidas a esa pueblito. Cosas que ya no existen pero que me traen alguna que otra nostalgia. Algún día iré a verlo con mis propios ojos. Gracias! Un beso!

7 de octubre de 2006, 1:17 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Anónima Sigo agradeciendo que me llame "Rose"! Me gusta mucho, me retrotrae a un recuerdo precioso que me alegra el corazón.
Con respecto a las nuevas leyes para fumadores, no hablemos!!! Mire, tengo una depresión que ud. no imagina. Yo pasaba (digo pasaba porque con esto ya no se si pasaré) mucho tiempo en los cafés. ¿Y dígame ud. qué hay de más lindo que entrar a un café, sentarse tranquilo, relajarse, tomar un café, tomar una cerveza bien helada en verano y acompañar ese momento con un cigarrillo???? ¿Y ahora qué será de nosotros??? Le confesaré que, honestamente, esta semana me ha costado mucho sobrellevarlo. Voy al café, tomo café, tomo jugo de naranjas (la cerveza la tengo suspendida esta temporada) pero no me siento nada cómoda, me cuesta, me cuesta. Y pienso como ud. Coincidimos!!! Yo también lo pensé y lo comenté con gente, esto de que estoy pensando seriamente cuando tenga que reunirme con alguien invitarlo a casa, o que la persona me invite a la suya. A mi también me gusta el mate y el diálogo tranquilo y acompañado por cigarrillos. Además, ¿dígame si no estoy en lo cierto? Nos vamos a un super, nos compramos la bebida que más nos guste (gaseosas, té, café, cervezas, vino, whisky, agua, en fin, cada uno con su gusto) nos llevamos las botellas a nuestra casa y somos libresssssss, y tomamos lo que nos da la gana y fumamos lo que nos da la gana y, como si fuera poco, encima gastamos menos que en el bar porque el super es más barato. No tema, no tema ud. que no creo que sus conocidos tomen su casa de boliche. Todo en su tiempo y forma, poniendo los límites correspondientes, resguardando su intimidad. Incluso un día que vayan a su casa y otro día ud. puede ir a la de ellos. El tema es estar en un sitio y poder disfrutar en libertad sin tantas prohibiciones.
¿Sabe que estoy pensando? ¿No estaría bien que habiliten dos clases de bares? Unos donde no se fume y otros bares que sean exclusivos para fumadores? ¿Cómo lo ve?
Ya somos dos, tenemos que manifestarnos. Gracias por leerme, Anónima, y por comentarme. Me gustan sus visitas.
Y bueno... veremos como sobrellevamos este tema. ¿Ud. cómo lo va llevando????????

7 de octubre de 2006, 1:28 p. m.  
Blogger Vico dijo...

ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy
Me hiciste llorar!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Fray Bentos!! tengo años de no pisar ese lugar, pero es hermosisimo...y tengo recuerdos hermosos de mis paseos por Fray Bentos...

Uruguay es ...yo soy uruguay...

Me emocionó tu post!! Gracias por hablar tan lindo de la tierra en que nací...

9 de octubre de 2006, 1:23 a. m.  
Blogger Vico dijo...

Ahora rosa, quiero aclarar algo...Uruguay no es pequeñito...sucede que está entre dos grandes extensiones como la de Arg y Brasil...pero fijate que casi cinco países entran en tierra uruguaya...por ej...suiza

yo me niego a presentarlo como país pequeñito, porque no lo es...pensemos en los países centroamericano por ej.

disculpen pero es el estigma que nos metieron en la cabeza desde que estabamos en jardín infante de que somos un país pequeñito y yo creo que esas cosas han influido demasiado en la psicología general del pueblo y son cosas que nos impiden vernos en todo nuestro potencial...

disculpen pero estudié geografía por cinco años de mi vida, y uno mucho la geografía a la psicología de los pueblos...es como decir que los negros del congo son haraganes por el calor..bueh pa que sepan durante años en geografía se presentaba la corriente determinista con esos asuntos...y entre ellas la de Uruguay, país pequeñito...

sorry...pero es mi deber compartir lo que pienso y he vivido

besos...

9 de octubre de 2006, 1:28 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Mire Rose, en principio no he ido a ningún bar en la última semana.
En general no fumo durante el día, esto desde siempre, salvo que sea fin de semana, y jamás en area laboral. No se porque, pero siempre me pasó, asi que en lo que respecta a almuerzos en horario de trabajo, no note la diferencia.
No escucho anoche el programa de Grondona? depresion mal! si bien todo el tiempo el debate fue si era mejor la marihuana que el tabaco, se nos trato de suicidas, debiles, etcs, etcs...
Yo como Ud. hasta ahora no me lo propuse, ya que las veces que dejé repercutió para mal sobre el sueño, y eso para mi es sagrado.
En fin, algún dia, espero que no demasiado tarde, juntare la fuerza.
Cuando me referia a que tomen mi casa de boliche, me refería a que mucha gente puede optar por hacerlo en vez de ir a bailar y demas y asi joder con ruidos hasta la madrugada como de hecho cada tanto ocurre.
Buena semana!

9 de octubre de 2006, 9:50 a. m.  
Blogger hna. josefina dijo...

Devolviéndote la visita, ¡me encantó tu post!
También me encanta Montevideo y Colonia.
Como Laurabaires, soy fumadora aunque no fumo. Dejé de fumar cuando entré al convento, pero eso no se pierde. Espero que en el cielo no haya esas restricciones, porque ya me lo estoy gozando al primero en cuanto llegue.

11 de octubre de 2006, 9:49 p. m.  

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